Administradores: lo legal no es el límite. La desconfianza también lo es.
“Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro”, dice la Biblia.
En el mundo de los negocios es común encontrar situaciones en las que los intereses personales de los administradores de una sociedad entran en conflicto con los intereses de la misma. Este tipo de conflictos son conocidos como “conflictos de interés” y pueden generar muchas consecuencias para la empresa.
Por esta razón, es importante que los administradores de las sociedades comerciales estén al tanto de las prácticas adecuadas para evitar este tipo de situaciones. A continuación, mencionaré algunos temas importantes que deben tener en cuenta (más allá de la ley, pero incluyéndola).
En primer lugar, es fundamental que los administradores tengan claro cuál es su función y deber fiduciario hacia la sociedad. Qué se espera de ellos. Los administradores deben actuar siempre en beneficio de la empresa y no en su propio beneficio o el de terceros. Esto implica evitar (o, siquiera, avisar) cualquier situación en la que los intereses personales entren en conflicto con los intereses de la sociedad. En los estatutos de la sociedad tendrá buena orientación sobre las expectativas.
En segundo lugar, es importante que los administradores adopten un código ético y lo hagan cumplir. Este código debe establecer qué acciones son aceptables y cuáles no, así como las medidas que se tomarán en caso de violación del mismo. Además, es importante que este código sea comunicado a todos los miembros. Muchas compañías tienen un “manual de delegación de poder”.
En tercer lugar, es recomendable que se establezcan mecanismos para prevenir y detectar posibles conflictos de interés. Por ejemplo, se puede requerir a los administradores que informen sobre cualquier relación personal o financiera con terceros que puedan influir en su toma de decisiones. De igual manera, se puede establecer un comité independiente encargado de evaluar posibles conflictos y tomar medidas para evitarlos. Un miembro de una familia, por ejemplo, podría tener un conflicto de interés nombrando a un amigo o hijo suyo.
En cuarto lugar, es importante que los administradores eviten tomar decisiones en las que tengan un interés personal si no lo han revelado antes. En caso de que sea necesario tomar una decisión en la que exista un posible conflicto de interés, es recomendable que el administrador se abstenga de votar y se retire de la discusión. Ahora, no siempre es obligatorio legalmente abstenerse (aunque moralmente sí lo sea).
Por último, es importante que los administradores estén al tanto de las sanciones y consecuencias legales que pueden derivarse de la violación de las normas sobre conflictos de interés. Estas sanciones pueden incluir multas, responsabilidad civil y hasta penal (en los casos más extremos).
Evitar los conflictos de interés es fundamental para garantizar la transparencia y, efectivamente, la confianza entre las partes involucradas. Los administradores deben adoptar prácticas adecuadas y estar al tanto de las normas y sanciones aplicables. Solo así se puede garantizar una toma de decisiones transparente y en beneficio de la sociedad.
Diego Márquez Arango es Abogado experto en asuntos empresariales, societarios, insolvencia y gestión del patrimonio familiar. Socio de MQA Abogados.