Por: Lorena Sanint Escobar 
En diciembre de 2024 se presentó, ante la Cámara de Representantes, el Proyecto de Ley que pretende actualizar las normas del Código de Comercio que regulan las actividades de los comerciantes y, con ello, lograr la modernización del régimen societario.
Con el proyecto se promueven reformas al régimen de responsabilidad de los comerciantes, cambios en la creación, operación y transformación de sociedades; se busca un fortalecimiento patrimonial y protección de accionistas minoritarios, se otorgan mayores facultades a la Superintendencia de Sociedades para la supervisión y control de las Sociedades, y se incluyen importantes cambios en materia de arbitraje societario.
Respecto a este último punto, el proyecto de ley establece expresamente que podrán someterse a arbitraje todos los asuntos relacionados con la constitución y el funcionamiento de las sociedades, incluidos los conflictos que surjan entre asociados, administradores y la sociedad, dejándose en libertad a las partes para que puedan definir con anterioridad, o durante el proceso, las reglas procesales bajo las cuales se regirá el trámite; el número y funcionamiento de las audiencias, la clase y modalidades para la práctica de pruebas, los recursos que podrán interponerse durante el proceso, la duración del proceso y el plazo por el cual podría prorrogarse, así como lo relativo a los costos del mismo.
Dentro de los cambios que se pretenden promover, se destaca la supresión de la obligación de conciliación previa al proceso, el carácter opcional del recurso de revisión, la especialidad de los árbitros, la sanción por acciones temerarias, entre otras.
Podría considerarse que las reformas que introduce el proyecto de ley buscan estar en línea con el interés privado de las partes al celebrar el acuerdo social, permitiéndoles definir de manera más precisa, desde el punto de vista de negocio, mecanismos de resolución de conflictos aterrizados a la naturaleza y realidad del mismo, y no exclusivamente a normas genéricas que, en algunas ocasiones, pueden ser disonantes con la realidad de la empresa.
