«Es importante traer a la escena el tema de salud mental de aquellos seres humanos que en promedio pasan más tiempo en una cabina de un avión que en tierra compartiendo con su familia.»
El 18 de julio del año pasado, la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia, estudió los recursos de Casación incoados por un piloto perteneciente a una aerolínea públicamente conocida en el ámbito nacional y LIBERTY SEGUROS DE VIDA S. A. – ARL LIBERTY S. A., hoy COMPAÑÍA DE SEGUROS BOLÍVAR S. A. En dicho caso, un aviador con licencia expedida por la Aeronáutica Civil, que laboró desde el año 2009 hasta el año 2016, fue declarado “no apto para actividades de vuelo” mediante resolución[1]proferida por la misma autoridad aeronáutica.
En síntesis, la naturaleza de la controversia versó sobre la pérdida de capacidad laboral del 100% del piloto y la respectiva indemnización a que tenía derecho ante dicha pérdida de capacidad laboral. Es preciso aclarar que aquí no se trata de desarrollar de fondo el segundo aspecto anteriormente mencionado, si es preciso traer al paredón el primero de ellos: la pérdida de capacidad laboral de un piloto al haber sido diagnosticado con un trastorno de ansiedad y depresión.
Si bien es claro que dicho diagnostico fue producto de una prueba de Litreiner y de la respectiva prueba de simulador, con medicación de ansiolíticos, vale resaltar la importancia para la seguridad de la aviación en sentido general, el estado mental de quienes con gran pasión y valía se ponen al mando de un avión.
Entonces, es importante traer a la escena el tema de salud mental de aquellos seres humanos que en promedio pasan más tiempo en una cabina de un avión que en tierra compartiendo con su familia, por ejemplo.
Hemos visto como cientos de accidentes aéreos a nivel mundial fueron producto de episodios relacionados con trastornos de ánimo, especialmente la ansiedad y/o la depresión de los pilotos y que los mismos, quizás, pudieron haber sido evitados si se hubieran tomado medidas preventivas y protocolos de fondo; la realidad es que en los últimos años se han fortalecido dichos protocolos de forma que se logre evaluar y considerar el estado no solamente físico sino también mental de los pilotos.
Parece extraño que un caso como el presentado en la Sentencia SL2907, por su naturaleza misma, llegue a tales instancias y sea desarrollado por una alta corte, más cuando lo que originó los recursos de casación, entre otros motivos, fue la de categorizar el diagnóstico del piloto como de origen común en razón al dictamen presentado por una EPS; más no es extraño que la Sala Laboral de la Corte, en un estudio juicioso y diligente, concluya que las características propias que tiene la actividad aeronáutica desempeñada por el piloto representa graves riesgos para la población civil, los pasajeros y los bienes en tierra.
Dicho ello, la Corte deja sentado que la actividad realizada por los pilotos por criterios de razonabilidad, necesidad y proporcionalidad, debe tener un tratamiento diferencial en punto de las circunstancias que podrían o no afectar el aval para el desempeño de su actividad profesional (para el efecto del cargo, la competencia de un organismo especializado que pueda calificar su condición de invalidez), lo que no está determinado, se itera, por el régimen pensional que les es aplicable, sino por las características de su labor[2].
Por lo tanto, he aquí un llamado para considerar las patologías que afectan la psiquis de los pilotos, y por qué no de los tripulantes de cabina, deben ser también un tema libre de estigmas por parte de todos los actores del sector aéreo.
Claramente, es un llamado a todas las aerolíneas a fortalecer sus protocolos de revisión y pruebas no solo físicas sino también psicológicas de los pilotos y de aquellos miembros de tripulación de cabina. Por último, que el caso presentado someramente aquí no sea uno más que se va al archivo de los casos olvidados; es necesario que la lupa sobre el estado de salud física y mental de los pilotos sea un pilar fundamental en el desarrollo diario de todas las aerolíneas en el mundo de forma que, sin lugar a duda, se logren evitar episodios que lamentar.