Los próximos años serán cruciales para establecer precedentes y mejores prácticas que definirán el futuro digital de la aviación. La colaboración entre todos los actores del sector será fundamental para garantizar una transformación exitosa y jurídicamente sólida.
La revolución digital está remodelando fundamentalmente el sector aeronáutico, generando nuevos paradigmas que requieren una profunda revisión del marco jurídico existente. La convergencia de tecnologías como la biometría, la inteligencia artificial y el big data está planteando desafíos legales sin precedentes, que demandan respuestas normativas innovadoras y flexibles y tal como lo estamos viendo, los avances están dándose a un ritmo acelerado del cual el país no debe dejarse coger ventaja.
La implementación de sistemas de identidad digital es uno de los avances tecnológicos a los cuales se está viendo enfrentado el sector, este representa uno de los cambios más significativos en el transporte aéreo. Iniciativas como la de One ID de IATA, marcan el camino hacia un futuro donde la identidad del pasajero se gestiona de manera uniforme y segura a través de toda la cadena de viaje. Sin embargo, esta transformación requiere un marco legal que garantice la validez jurídica de las identificaciones digitales y su reconocimiento transfronterizo, mientras establece estándares claros de autenticación y responsabilidad.
Esta iniciativa se desprende de los diferentes avances masivos como lo es la adopción de tecnologías biométricas las cuales generan preocupaciones significativas en materia de privacidad y protección de datos personales Por esta razón, de igual manera este marco regulatorio debe equilibrar la eficiencia operativa con la protección de derechos de los pasajeros, puesto que el cumplimiento normativo se convierte en un aspecto crítico, especialmente en lo referente al consentimiento informado y la retención de datos biométricos.
El mayor reto con estos avances se presenta en la manera como se maneja la información personal, requiriendo salvaguardas específicas y robustas, que protejan a todos los actores.
Es precisamente por lo anterior que, al avanzar la tecnología dentro de la prestación del servicio aéreo, se empieza a hablar y a darle mayor importancia a la ciberseguridad, la cual emerge como un pilar fundamental en la transformación digital del sector. La digitalización aumenta la superficie de ataque, requiriendo un marco legal que establezca requisitos de seguridad claros y protocolos de respuesta ante incidentes. La protección de sistemas críticos y la continuidad operacional se convierten en aspectos esenciales que deben ser respaldados por seguros cibernéticos adecuados.
Con esta transformación digital se genera de igual manera nuevos escenarios de responsabilidad legal que deben ser cuidadosamente considerados. Los fallos en sistemas automatizados, las decisiones algorítmicas y las interrupciones de servicio plantean interrogantes sobre la distribución de responsabilidades entre aerolíneas, proveedores tecnológicos y operadores aeroportuarios. El marco legal debe proporcionar claridad sobre estas cuestiones para garantizar la seguridad jurídica.
Los reguladores enfrentan el desafío de adaptar la normativa a estas nuevas realidades tecnológicas. La interoperabilidad normativa y la definición de estándares técnicos comunes son cruciales. El enfoque regulatorio debe ser tecnológicamente neutral y basado en riesgos, permitiendo la innovación mientras se mantienen altos niveles de seguridad y protección.
Para garantizar una transformación digital jurídicamente sólida, los operadores deben realizar evaluaciones continuas de cumplimiento normativo y mantener políticas de privacidad robustas. Los reguladores, por su parte, deben desarrollar marcos normativos flexibles que faciliten la coordinación internacional y permitan una supervisión proactiva del sector.
El futuro del transporte aéreo estará marcado por tecnologías emergentes como blockchain, inteligencia artificial avanzada y el Internet de las cosas. La preparación legal para estos desarrollos requiere marcos adaptativos que puedan evolucionar con la tecnología, manteniendo siempre la protección de los derechos fundamentales como prioridad.
La transformación digital del transporte aéreo requiere un equilibrio delicado entre innovación y seguridad jurídica. El éxito de esta transformación dependerá de la capacidad para desarrollar un marco legal adaptativo, fomentar la cooperación internacional, proteger efectivamente los derechos de los usuarios y gestionar proactivamente los riesgos emergentes.
Los próximos años serán cruciales para establecer precedentes y mejores prácticas que definirán el futuro digital de la aviación. La colaboración entre todos los actores del sector será fundamental para garantizar una transformación exitosa y jurídicamente sólida. Solo mediante un enfoque coordinado y proactivo podremos asegurar que la revolución digital en el transporte aéreo beneficie a todos los stakeholders mientras mantiene los más altos estándares de seguridad y protección legal.
Daniela Ospina Marulanda es Abogada de la Pontificia Universidad Javeriana, Especialista en Organizaciones, Responsabilidad Social y Desarrollo de la Universidad de los Andes, Socia de la firma Del Hierro Abogados.