¿Tenemos que preocuparnos por una posible guerra espacial?
Desde la consolidación del Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre el 27 de enero de 1967, el uso pacífico del espacio exterior ha sido uno de los pilares fundamentales sobre los que se rige esta rama del derecho. Sin embargo, esto no significa que el uso de tecnología militar en el espacio no haya sido objeto de discusión. Incluso el debate continua hasta hoy. Esto se debe principalmente a que varios Estados encuentran en el espacio ultraterrestre un escenario propicio para desarrollar actividades militares que les permitan defender su soberanía, demostrar su capacidad tecnológica y exhibir su poderío bélico.
Si bien los tratados internacionales son claros en establecer que tanto las armas nucleares, las armas de destrucción masiva y el uso del espacio con propósitos de armamentistas están totalmente prohibidos, la realidad demuestra que sí existe actividad militar más allá de la atmósfera terrestre. Orbitando nuestro planeta hay satélites militares, que, si bien están allí con fines pacíficos, sí sirven para la comunicación, observación, recopilación de inteligencia, seguridad y navegación terrestre, aérea y marítima con fines militares.
El ejemplo por excelencia para demostrar esta afirmación es el Sistema de Posicionamiento Global (más conocido como ‘GPS’ por sus siglas en inglés). Este sistema de geolocalización se gestó en el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Hoy en día este sistema es propiedad de la Fuerza Espacial de ese mismo país, que cuenta con una gran cantidad de satélites militares para diferentes propósitos. Y lo mismo ocurre con Rusia, China, Japón, Reino Unido y la Unión Europea.
La realidad nos muestra que los satélites militares sí tienen la capacidad para ser utilizados con fines ofensivos para la humanidad. La interceptación de información o el seguimiento de objetivos, por ejemplo, no necesariamente son actividades que deriven en un conflicto armado internacional, pero sin duda alguna hace que la línea sea muy fina para que algunos Estados defiendan su soberanía.
Entonces, ¿tenemos que preocuparnos por una posible guerra espacial? Desde el punto de vista legal, no. Como ya se mencionó, todos los instrumentos internacionales son enfáticos en que todas las actividades que se realicen en el espacio exterior deberán ser con fines pacíficos. Pero también es cierto que la tecnología avanza a pasos agigantados y ciertos Estados se han mostrado renuentes ante algunos tratados internacionales, especialmente aquellos que abordan temas militares y de protección del medio ambiente.
En conclusión, el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre fue muy oportuno en prohibir cualquier uso bélico que se le pudiera dar al espacio exterior (recordemos que el Tratado surgió mientras la carrera espacial del siglo pasado estaba en su momento más álgido). Pero esto no implica la inexistencia de la militarización del espacio exterior. Es más, cada vez es más frecuente que más Estados envíen satélites militares para proteger sus intereses, haciendo que la línea sea cada vez más tenue entre el uso miliar y un potencial uso armamentista.
Mauricio José Gómez Rodríguez es Abogado de la Pontificia Universidad Javeriana, cuenta con una Especialización en Derecho Aeronáutico y Espacial de la Universidad Pontificia Comillas (Madrid, España). LL.M. Derecho Marítimo y del Transporte de la Universidad Erasmus de Rotterdam (Rotterdam, Países Bajos).