Hay que llegar al punto en que el documento digital sea tan fiable como el documento impreso.
Como ya lo he dicho en otras columnas, el transporte marítimo es fundamental en el comercio internacional. No por nada, tres cuartas partes del comercio exterior se realiza a través del mar. Haber conquistado los océanos representó la apertura no solo de la economía, sino también el inicio de un pensamiento mucho más globalizado. Y aunque la navegación marítima lleva muchos siglos permitiendo el intercambio de bienes entre personas que se encuentran a kilómetros de distancia, es una industria que muchas veces es resistente a los cambios, incluso en el aspecto legal. Y por eso esta vez quisiera hablar del Conocimiento de Embarque.
Concretamente, el Conocimiento de Embarque, comúnmente llamado B/L (por su nombre en inglés Bill of Lading), es un título valor que tiene tres funciones esenciales: la primera, es el reconocimiento de la entrega de la mercancía a bordo del buque; la segunda, es prueba de la existencia del contrato de transporte; y la tercera, sirve de título valor para la transferencia de los derechos sobre la mercancía abordo. Es un documento realmente importante para el negocio jurídico, pues quien sea el poseedor del título, así lo será de la carga. Sin embargo, no deja de ser un documento sencillo, que suele tener formatos estandarizados por quienes se dedican al transporte marítimo. Con la descripción anterior, especialmente por esa tercera función de ser título valor, el documento irremediablemente debía estar contenido en un papel físico que viajaba en el buque.
Pero el avance de la tecnología, sumado a la crisis causada por la pandemia del COVID-19, generó que se empezara a explorar la idea de tener B/L electrónicos. La idea es que estos Conocimientos de Embarque electrónicos cumplan las mismas funciones, además de dotar de eficiencia y celeridad al negocio. En principio son todos beneficios con la implementación del Conocimiento de Embarque electrónico. El intercambio de información sería inmediato, la firma se realizaría de manera electrónica (lo que reduciría costos de transacción, al igual que los tiempos de espera y los fraudes) y sería amigable con el medio ambiente.
De todas maneras, sí existen una serie de retos a enfrentar con el eB/L. Por un lado, es necesario estandarizar el carácter digital del documento, para que así, tanto pequeñas como grandes navieras tengan acceso a esta herramienta. Igualmente, partiendo del hecho de que estamos en un plano internacional, donde diferentes sistemas jurídicos interactúan constantemente, los Estados deben establecer parámetros a seguir, tanto para su propia jurisdicción como para el régimen internacional. Y finalmente, hay que dotar de seguridad jurídica a los comerciantes.
Es necesario llegar al punto que el documento digital tenga la misma fiabilidad que el documento impreso, puesto que hay que recordar que una de las funciones primordiales del Conocimiento de Embarque es la de ser título valor.
Mauricio José Gómez Rodríguez es Abogado de la Pontificia Universidad Javeriana, cuenta con una Especialización en Derecho Aeronáutico y Espacial de la Universidad Pontificia Comillas (Madrid, España). LL.M. Derecho Marítimo y del Transporte de la Universidad Erasmus de Rotterdam (Rotterdam, Países Bajos).
Si. Entiendo. Pero cual sería tu propuesta? El decreto 19 de 2012 sobre documentos electrónicos transferibles los podría englobar pero que falta