La transacción como MASC es una herramienta que permite agilizar la resolución de controversias y descongestionar el sistema judicial. La flexibilidad y adaptabilidad de este MASC a cualquier sistema legal permite que las personas resuelvan sus disputas de manera eficiente y con garantías de cumplimiento.
Los MASC (Métodos Alternativos de Solución de Conflictos), son herramientas que permiten a las personas resolver sus controversias sin acudir a los despachos judiciales, contribuyendo a la descongestión del sistema judicial. Uno de los MASC más utilizados es la transacción, que consiste en la celebración de un contrato por medio del cual dos partes involucradas en un conflicto terminan extrajudicialmente un litigio pendiente o precaven un litigio eventual.
Esta figura es utilizada en los países que se rigen por el sistema civil o civil law, y a su vez, en el derecho anglosajón o common law, la figura también existe y se conoce como Settlement Agreement, en ambos sistemas, al tratarse de un contrato, debe cumplirse con los requisitos básicos que se requieren para su celebración. Es decir, capacidad, consentimiento, objeto y causa lícitos. Pero la característica fundamental en este tipo de acuerdos es hacer concesiones recíprocas para poner fin al conflicto existente entre las partes.
Lo relevante en este tipo de acuerdos, y la razón por la que constituyen un MASC, es que permiten su ejecución judicial. Esto quiere decir, que de las obligaciones allí contenidas puede solicitarse su ejecución forzosa ante la autoridad judicial competente. En el civil law, esto se conoce como “mérito ejecutivo”, para lo cual es relevante que las obligaciones contenidas en el acuerdo sean claras, expresas y exigibles. Por otra parte, en el common law, las partes pueden hacer uso de la figura del consent judgment para ejecutar las obligaciones contenidas en el contrato de transacción.
Aunque las figuras son similares, se debe resaltar que, por ejemplo, en el derecho anglosajón es común utilizar cláusulas de confidencialidad, además, a la hora de fijar el acuerdo, las partes tienen más libertad de disposición, pues, lo fundamental es que la contraprestación sea válida y que el acuerdo sea voluntario. Mientras que en el derecho civil las cláusulas deben ser específicas y están estrictamente ligadas a los límites establecidos en la ley para que el acuerdo sea ejecutable en la jurisdicción ordinaria. Por último, se debe resaltar que, además de la facilidad de ejecutar este tipo de acuerdos, en ellos se puede plasmar una cláusula penal en la que consten las consecuencias financieras que deberá asumir una de las partes en caso de incumplir el acuerdo celebrado.
Así las cosas, se puede concluir que la transacción como MASC es una herramienta que permite agilizar la resolución de controversias y descongestionar el sistema judicial. La flexibilidad y adaptabilidad de este MASC a cualquier sistema legal permite que las personas resuelvan sus disputas de manera eficiente y con garantías de cumplimiento.
Maria Paula López es Abogada de la Universidad El Bosque. Asociada del área de Litigios y MASC en OlarteMoure.