“…en ese, y en todos los escenarios de responsabilidad médica, se debería probar cuales fueron los turnos del personal médico anterior a la causación de la afectación, ya que si estos resultan excesivos, el solo informe de turnos, el uso de la estadística investigativa ya generada, y la explicación pericial de los efectos de la falta del sueño podrían ser elementos suficientes para que un Juez curioso estime que el eventual daño pudo haber tenido origen en la falta o mala calidad del sueño del profesional.”
Danny Fernando Ortiz Basante
Universidad Externado de Colombia
En la corta historia de esta sociedad, nunca se había prestado tanta atención al sueño humano como en la actualidad. Tenemos muchos métodos holísticos y un mercado farmacéutico que mueve miles de millones de dólares al año, todo para garantizar un buen descanso nocturno. Todos somos conscientes de lo esencial que es dormir bien y de cómo una mala noche puede afectar significativamente nuestro desempeño al día siguiente. No hace falta mucho esfuerzo para imaginar que la falta de sueño puede tener un impacto devastador en el rendimiento de numerosos profesionales, entre ellos el personal médico.
Para el personal sanitario, cuyo trabajo implica la toma de decisiones críticas y precisión en cada paso, la falta de sueño se convierte en un desafío aún mayor, sabemos que un buen sueño está directamente vinculado con la calidad de la atención médica y con mantener las mejores condiciones en la relación médico-paciente, lo cual redunda positiva o negativamente en el riesgo jurídico derivado de la negligencia.
Existen dos casos comunes de clara negligencia médica que suelen ser el resultado de descuidos graves: el parto vaginal de feto macrosómico, que normalmente debería realizarse por cesárea, y el olvido de cuerpos extraños en el organismo después de intervenciones quirúrgicas. En estos casos la causa del daño es tan evidente que se aplica la fórmula: «res ipsa loquitur», que significa que las cosas se explican a sí mismas; estos son eventos en los cuales los profanos de la medicina -confieso-, nos preguntamos, “qué tan fuera de sí puede estar alguien para cometer semejante error”.
La razón puede estar en incluida en estos datos que son alarmantes[1](La falta de sueño perjudica a pacientes y a médicos | Fundación Femeba (fundacionfemeba.org.ar), por decir poco:
- Los médicos jóvenes que trabajan un turno de 34 horas seguidas cometen un 460% más de errores de diagnóstico que cuando descansan adecuadamente.
- Los médicos cansados cometen un 36% más de errores médicos graves que aquellos que trabajan 16 horas o menos.
- Los cirujanos con solo 6 horas o menos de sueño tienen un 170% más de probabilidad de cometer un error quirúrgico grave en comparación con cuando han dormido adecuadamente.
- Después de 22 horas sin dormir, el rendimiento humano se ve perjudicado al mismo nivel que el de alguien que está legalmente ebrio.
- Después de un turno continuo de 30 horas, los médicos en entrenamiento tienen un 73% más de probabilidades de lastimarse con una aguja hipodérmica o cortarse con un bisturí.
- Después de un turno nocturno prolongado, las posibilidades de un médico de estar involucrado en un accidente automovilístico aumentan en un 168% debido a la falta de sueño.
¿Cómo usar esto en la práctica?
Pese al esfuerzo de la víctima o del juzgado, no siempre es posible arrimar toda la prueba necesaria para demostrar la posible causa eficiente del daño, en ese, y en todos los escenarios de responsabilidad médica, se debería probar cuales fueron los turnos del personal médico anterior a la causación de la afectación, ya que si estos resultan excesivos, el solo informe de turnos, el uso de la estadística investigativa ya generada, y la explicación pericial de los efectos de la falta del sueño podrían ser elementos suficientes para que un Juez curioso estime que el eventual daño pudo haber tenido origen en la falta o mala calidad del sueño del profesional.
La jurisprudencia necesita despertar de su siesta y reconocer que los turnos interminables y el insomnio de nuestros médicos pueden convertir el quirófano en una sala de escape para el sentido común, y al entender la conexión entre la falta de sueño y la negligencia médica, los tribunales pueden adoptar un enfoque más comprensivo hacia los casos de responsabilidad médica. Reconocer la importancia de una buena siesta para nuestros profesionales de la salud puede asegurar que las salas de quirófano sean sitios seguros donde –por seguridad-, la falta de sueño no ingresará más.
[1] La falta de sueño perjudica a pacientes y a médicos | Fundación Femeba (fundacionfemeba.org.ar)