El gobierno corporativo protege el activo más valioso de una franquicia: su marca.
En el sistema de franquicia, muchos franquiciantes suelen considerar a sus franquiciados como operadores independientes que actúan bajo su cuenta y riesgo. Esta percepción, si bien responde a la autonomía jurídica y financiera del franquiciado, lleva a muchos a desestimar o incluso ignorar por completo la necesidad de implementar políticas internas de gobierno corporativo dentro del sistema.
Aunque un contrato de franquicia y un manual operativo bien estructurados pueden parecer suficientes para evitar conflictos, lo cierto es que existen riesgos que no asume de forma exclusiva el franquiciado. Entre ellos destaca el riesgo reputacional en franquicias, que recae directamente sobre la marca construida por el franquiciante y que puede comprometer la estabilidad del sistema en su conjunto.
Lejos de representar una carga o una figura reservada para grandes compañías, el gobierno corporativo en franquicias ofrece herramientas eficaces para equilibrar el control legítimo del franquiciante, respetando el margen de autonomía que corresponde al franquiciado. A partir de ello, surge la necesidad de repensar la gobernanza en franquicias como una condición estructural para su consolidación y crecimiento sostenido del negocio.
¿Por qué diseñar políticas de gobierno corporativo en franquicias?
Diseñar políticas de gobierno corporativo para una relación de franquicia permite prevenir escenarios de incumplimiento o prácticas ilícitas que, más allá de crear un riesgo jurídico, comprometen la reputación de la marca. Asimismo, facilita establecer mecanismos de supervisión sin ignorar la independencia del franquiciado.
De esta manera, el gobierno corporativo no solo reduce riesgos legales, sino que también protege el activo más valioso de una franquicia: su marca. Toda medida que refuerce la coherencia, la transparencia y la trazabilidad del sistema contribuye directamente al valor reputacional y comercial del signo distintivo.
¿Cómo diseñar políticas de gobierno corporativo para franquicias?
El diseño de políticas de gobierno corporativo no requiere replicar estructuras complejas. Se trata, más bien, de identificar principios básicos aplicables de forma proporcional a la operación y particularidades del modelo de franquicia.
En Colombia, por ejemplo, puede tomarse como referencia la Guía de Buenas Prácticas de Gobierno Corporativo elaborada por la Superintendencia de Sociedades, la Cámara de Comercio de Bogotá y Confecámaras. Este documento sugiere prácticas como:
- Separar funciones de dirección y control.
- Promover la ética organizacional.
- Definir reglas claras de supervisión en franquicias.
- Establecer mecanismos de rendición de cuentas.
Estas medidas, adaptadas con criterio a la lógica operativa de la franquicia, pueden traducirse en lineamientos internos, comités de revisión, reportes periódicos o espacios de diálogo con los franquiciados.
Una sugerencia que vale la pena destacar es la recomendación 2.1, según la cual:
“La empresa, bajo la responsabilidad de sus diferentes instancias de gobierno corporativo, debería implementar una cultura de cumplimiento normativo, de tal forma que adopte mecanismos que le permitan minimizar los riesgos derivados del incumplimiento, cumplir las normas vigentes y promover la implementación de buenas prácticas empresariales para ser más competitiva, productiva y perdurable.»
Este enfoque puede aplicarse al cumplimiento de normas laborales por parte de los franquiciados. Lo anterior, dado que cuando un franquiciado incurre en prácticas ilícitas, como el uso indebido de contratos por prestación de servicios o el incumplimiento de aportes a seguridad social, las consecuencias no se limitan a su unidad.
Por el contrario, es la marca, como rostro común de la red de franquicias, la que puede terminar expuesta a procesos judiciales o a quejas públicas, afectando inevitablemente la reputación y la confianza del mercado.
Así las cosas, diseñar políticas mínimas de cumplimiento que aborden estas obligaciones permite proteger la reputación corporativa sin desconocer la autonomía del franquiciado. Para implementarlas, pueden integrarse al manual operativo de la franquicia, al contrato o a circulares internas.
Además, es recomendable habilitar mecanismos de alerta o verificación que detecten incumplimientos y activen consecuencias contractuales proporcionales. De esta forma, el gobierno corporativo en franquicias se convierte en una herramienta clave para preservar la integridad del sistema, evitando que la conducta aislada de un franquiciado termine afectando a todo el esquema.
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