Cláusulas verdes: catalizadores de cambio en la contratación colombiana.
En Colombia, la contratación tradicional está siendo transformada significativamente hacia la sostenibilidad. Este cambio no responde solo a un imperativo ético y de mercado, sino también al creciente interés global por prácticas empresariales ambientalmente responsables. Un caso concreto y revelador es el de una destacada empresa del sector construcción, que fue objeto de severas críticas tras el descubrimiento de daños ambientales causados por el uso de materiales no sostenibles. Este incidente no solo dañó su imagen corporativa, sino que también sirvió de catalizador para que la compañía revisara sus políticas y adoptara cláusulas verdes en sus contratos, marcando un hito en su camino hacia la sostenibilidad.
Las cláusulas verdes ahora pueden abarcar desde el uso de materiales sostenibles y certificados, hasta políticas de trabajo desde casa y la promoción del uso de vehículos sostenibles por parte de los empleados. Estas disposiciones proporcionan un marco legal proactivo para avanzar en la sostenibilidad. Además, la selección de contratistas y empleados ahora va más allá de evaluar la capacidad técnica y económica, e incluye un análisis exhaustivo de las políticas ambientales y antecedentes de prácticas sostenibles. Esta evaluación detallada es clave para asegurar que las empresas no sólo prometan sostenibilidad, sino que realmente implementen y demuestren un compromiso auténtico y verificable con el medio ambiente.
Adicionalmente, en los procesos de fusiones y adquisiciones (M&A), las cláusulas verdes están siendo examinadas con mayor detalle por los compradores. Este enfoque meticuloso asegura que las políticas y prácticas de sostenibilidad de las empresas adquiridas alineen con los objetivos y responsabilidades ambientales del adquiriente, destacando la importancia de la sostenibilidad en la evaluación de la viabilidad y la bancabilidad.
Una vez que estas cláusulas verdes se integran en los contratos, su seguimiento y cumplimiento riguroso son esenciales. Implementar auditorías regulares y robustos sistemas de reporte son pasos necesarios para asegurar la adherencia a los estándares ambientales acordados. La falta de cumplimiento puede llevar a sanciones contractuales e incluso a la terminación de los contratos, lo que subraya la seriedad con la que se deben tratar estos compromisos.
Sin embargo, implementar la contratación verde también presenta desafíos, como la necesidad de estandarizar definiciones y medir el cumplimiento efectivamente. Para superar estos retos, es clave redactar cláusulas claras y medibles, promover la capacitación continua y desarrollar incentivos que fomenten el logro de las metas ambientales.
El impacto de las cláusulas verdes está redefiniendo la conformidad contractual más allá de los mínimos legales, ejerciendo una influencia significativa en la reputación de las empresas, la viabilidad de los proyectos y la percepción de los consumidores. En un mundo donde la sostenibilidad se está convirtiendo en un estándar crítico para la evaluación de empresas y productos, integrar estas prácticas sostenibles ofrece un diferencial competitivo decisivo.
En conclusión, las cláusulas verdes en Colombia han demostrado ser una transformación duradera, integrándose plenamente en las estrategias legales y comerciales de las empresas. Este movimiento no sólo atiende a la demanda del mercado sino que también se alinea con un compromiso global hacia prácticas de negocio más sostenibles, poniendo a las empresas colombianas en una posición privilegiada en un entorno cada vez más enfocado en la responsabilidad ambiental. Hago un llamado a gerentes legales, directores de compras, gerentes y miembros de juntas a reconocer y maximizar el valor que estas prácticas aportan tanto a nuestras empresas como al mundo en que vivimos.
Daniel Fajardo es Senior Counsel de Holland & Knight LLP.