“(…) por favor sea un consumidor prudente en sus decisiones de consumo toda vez que estas decisiones pueden ser influenciadas por algún emprendedor influencer inescrupuloso, que con falsas promesas como las de un alquimista medieval de convertir el plomo en oro, lo engañe y pierda el dinero destinado a la adquisición de determinado producto”.
Cuando un consumidor lee la contraportada de un libro se puede hacer una idea de lo que será la historia en la cual se adentrará; lo mismo que ese consumidor que ve un video cuyo mensaje es dado por un influencer, quién promociona un bien o servicio, se pude hacer una idea del producto que adquirirá (sin dimensionar lo que afrontará si dicho mensaje resulta ser engañoso).
Fui el primer consumidor cuando leí el siguiente texto en la contraportada del libro “El Dinero” de Émile Zola:
“El dinero cuenta la historia de Arístide Saccard, un emprendedor que decide fundar un banco utilizando el engaño y la especulación financiera para subvencionar unos dudosos proyectos en Oriente Próximo. Movido por la avaricia, Saccard pone en marcha unos cálculos y maquinaciones sin escrúpulos que pronto lo conducen a una especie de estafa piramidal, en cuyo entramado de expectativas y promesas de enriquecimiento rápido acaban enredados todos los personajes de la novela”.
Al leer los detalles presentados en esta contraportada, pensé inmediatamente que la realidad siempre supera la ficción y que esas promesas de enriquecimiento rápido venidas de un emprendedor como Arístide Saccard no son únicas de la época simulada en esta obra, si no perfectamente actuales y pueden ser las mismas que las hechas por emprendedores influencers en redes sociales.
[Esas] redes sociales se han convertido en los nuevos espacios de influencia para la toma de decisiones de compra del consumidor a través de los denominados influencers, convirtiéndose en lideres mediáticos en la era digital (Galán, D. J. R., & Medina, A. C. H, 2022).
¿Hoy en día, en Colombia, le está permitido a un emprendedor influencer trasmitir un mensaje que no corresponda a la realidad en redes sociales, de manera que induca o pueda inducir a engaño a los consumidores?
Aunque la respuesta es obviamente negativa, algunos emprendedores influencers parecen desconocer que la publicidad engañosa está prohibida en virtud del artículo 30 de la Ley 1480 de 2011 (Estatuto del Consumidor) y en ese sentido, toda forma y contenido de comunicación debe corresponder a la realidad. En palabras de Ondarçuhu (2021), la participación del famoso en la publicidad genera una situación especial de confianza, que impone un deber, por parte del personaje famoso, de honrar las expectativas despertadas en los demás, y esto resulta merecedor de tutela legal.
Confianza presuntamente* traicionada por el influencer Yeferson Cossio, en calidad de representante legal de GRUPO COSSIO S.A.S., en lo que tiene que ver con la publicidad relacionada con el curso denominado “Método Cossio”. Al respecto, mediante la Resolución No. 35177 de 26 de junio de 2023, la Dirección de Investigaciones de Protección al Consumidor de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC): “(…)encuentra que la publicidad del curso se emitió a través de las redes sociales del influenciador YEFERSON ESTEBAN COSSIO CASTAÑO (@yefersoncossio), en la cual se realizaron afirmaciones objetivas sobre los resultados que podrían obtenerse, tales como: ‘les voy a enseñar a todos ustedes como volverse ricos con redes sociales’[6]1, ‘¿qué van a pensar ustedes ya en cinco meses?, cuando todos los que sí compraron el curso están tapados en seguidores, en plata’[7]2, y ‘con mi curso puedes hacer billete de verdad’ (…)”.
Sin embargo, los resultados que pueden esperarse de la participación de este curso pueden no corresponder con las afirmaciones incluidas en el mensaje publicitario comunicado por el influencer y, en esa medida, si la autoridad de protección al consumidor no logrará comprobar su veracidad, la publicidad se tornará engañosa y por lo tanto, se contravendría lo dispuesto en el artículo 30 del Estatuto del Consumidor.
Por ello, por favor sea un consumidor prudente en sus decisiones de consumo, toda vez que estas decisiones pueden ser influenciadas por algún emprendedor influencer inescrupuloso, que con falsas promesas como las de un alquimista medieval de convertir el plomo en oro, lo engañe y pierda el dinero destinado a la adquisición de determinado producto”.