El reto de los abogados para el 2023: La democratización del Derecho a través del Legal Design.
En los últimos años, el término «innovación» se ha convertido en una marca de éxito para los prestadores de servicios jurídicos a nivel global. El progreso tecnológico, junto con el éxito económico, han transformado la innovación en objeto de admiración por parte de todas las empresas y emprendedores.
No resulta sorprendente identificar que cada vez más diferentes firmas de abogados del mundo quieren sumarse al reto de las empresas tecnológicas que intentan atraer mentes creativas a entornos de trabajo que estimulen la innovación. Este entorno digitalizado y cada día más desarrollado propende por un modelo de negocio donde todas las profesiones, incluso aquellas que son de antaño y que se consideran de tradición, deban buscar la innovación de sus servicios, haciendo que cada día más el modelo de negocio se encuentre pensado en el usuario.
En relación con lo antes expuesto, Thomas Ulen afirma que en las últimas décadas que el derecho se ha convertido en una «ciencia», y que sólo el uso de métodos de investigación reconocidos en otras ciencias, como el análisis teórico y la experimentación empírica, conducirá a una innovación científica que podría justificar el establecimiento de un Premio Nobel para el estudio del derecho.
Dicho reto, contempla la necesidad inminente de estudiar que mecanismos de innovación pueden ser traídos al mundo del Derecho. Así, el Legal Desing se ha sumado como un concepto afín a la transformación del ejercicio del Derecho tanto en el aspecto formal como sustancial trasciendan y lleguen a los usuarios de forma más asertiva.
De esta manera, podemos llegar a entender el Legal Desing como una metodología no solo busca mejorar la apariencia de un documento legal, sino también propiciar la evaluación y creación de servicios legales que estén enfocados en el uso, utilidad y actividad para el consumidor.
Este concepto encuentra su génesis en las metodologías de pensamiento creativo como “brainstorming”, en donde la creatividad operacional y la teoría cinética que hoy se conoce como “insights”, convergen para atender algunos problemas de los servicios legales a través de la inteligencia integral, emocional y experimental.
De esta manera, se desvirtúa la concepción de que el Legal Desing únicamente se materializa en contratos con dibujos y esquemas o en sentencias de lenguaje simple y común para la comunidad.
Así, entendemos que Legal Design puede estar en la estructuración de un contrato que en origen tenía una extensión de 15 páginas y que bajo el Legal Design puede ser simplificado en no más de 3 páginas de extensión, como también puede estar en las video-capsulas informativas que relatan segmentos de actualidad para los clientes y potenciales cliente o incluso en los mismos procesos de back-office que utilizan los prestados de servicios jurídicos.
De esta manera, la apuesta del 2023 y en adelante para todos quienes trabajamos en el sector legal será el desarrollo de los mismos servicios jurídicos de una forma diferente, con un pensamiento enfocado en el consumidor, que realce la experiencia de usuario, pero sobretodo una experiencia donde quienes adquieren los servicios jurídicos sientan realmente democratizado el conocimiento que los abogados tenemos pero que no sabemos compartir.
Sarah es Abogada de la Pontificia Universidad Javeriana con estudios en Relaciones Internacionales de la misma Universidad. Especialista en Tributación de la Universidad de los Andes, y Candidata a Magister en Derecho Informático y Nuevas Tecnologías de la Universidad Externado de Colombia (Becaria del MINTIC). Cuenta con experiencia profesional en firmas de abogados reconocidas en el país y actualmente se desempeña como abogada líder del área de tributario en la firma del Hierro Abogados.