La reproducción de tatuajes en video juegos constituye infracción a derechos de autor.
La tatuadora estadounidense Catherine Alexander ganó el mes pasado una demanda por infracción de derechos de autor contra el editor de los videojuegos WWE 2K y World Wrestling Entertainment, Inc.
La demanda radicada por la artista se centraba en el uso no autorizado de cinco diseños de tatuajes que aparecen en el cuerpo del campeón de lucha libre Randy Orton. Catherine Alexander considera que la réplica de los diseños de su creación al idéntico sobre el cuerpo del atleta en la virtualidad del video juego, infringe sus derechos de autor, toda vez que este tipo de uso nunca había sido autorizado por ella.
Take-Two Interactive Software, reconocido editor de video juegos, argumentó que los tatuajes estaban protegidos por la excepción de fair use que le permitían recrear a Orton en estos, incluyendo sus tatuajes característicos.
El fair use es un uso que se permite de las obras artísticas e intelectuales sin requerir la autorización del titular y sin mediar pago. En Colombia, y en Latinoamérica en general, las excepciones al derecho de exclusividad conferido por los derechos de autor son expresamente establecidas en la ley. Pero en Estados Unidos se admite que cierto uso es legítimo o fair en la medida en que se cumplan con cuatro criterios establecidos por la jurisprudencia.
Entre esos criterios, encontramos el propósito del uso, la naturaleza de la obra protegida, la cantidad y la relevancia del fragmento utilizado, y finalmente, el efecto de dicho uso en el valor o en el mercado potencial de la obra protegida por derechos de autor. Este 26 de septiembre, el jurado falló a favor de Catherine Alexander y señaló que los tatuajes no se consideraban uso legítimo, al no cumplir con los criterios señalados.
El caso lleva desde 2018, y hace dos años un juez emitió un juicio sumario parcial, mediante el cual dictaminó que «no estaba claro si Alexander y Orton discutieron formas permisibles de copiar y distribuir las obras de tatuaje, o si alguna licencia implícita, incluía derechos de sublicencia que facultaba a Orton para dar permiso para que otros copien las obras de tatuaje de Alexander». Es durante este fallo que el juez decidió escalar el asunto.
Esta decisión contradice la jurisprudencia respecto de la reproducción de tatuajes en videojuegos establecida en 2020 en el caso de Solid Oak Sketches contra Take-Two Interactive Software, en el cual se analizaba la legitimidad del uso de los tatuajes de jugadores de la NBA en otro juego video.
En esta ocasión, la Jueza Swain consideró que todos los factores que rigen el análisis del fair use se inclinaban hacia el demandado. En relación con el propósito y el carácter del uso, por ejemplo, consideró que la evidencia demostraba que el uso de los tatuajes por parte de los demandados cumplía un propósito completamente diferente del propósito para el que se crearon originalmente; el de representar con mayor precisión a los jugadores de la NBA y permitir el reconocimiento general de las figuras del juego.